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Las Administraciones deberían dejar de sacrificar cabras y vacas y aprobar medidas de mantenimiento y aprovechamiento de los montes para evitar los incendios.

 

Cada verano podemos observar como los incendios son cada vez más extensos por su dificultad a la hora de apagarlos o al menos controlarlos.

Hace unos años, con menos medios se podían controlar mejor los incendios al estar los bosques y las sierras con mucho menos pasto y maleza. A medida que las explotaciones ganaderas están desapareciendo y junto a ellas los pastores que recorrían todos los días el monte, la maleza se está adueñando de grandes extensiones de terreno que son el caldo de cultivo para la propagación del fuego.

En alguna Comunidades Autónomas están poniendo en marcha proyectos de ganadería de ovino y caprino para que recorran el monte y no permitan que el pasto y la maleza se extiendan por el mismo.

Curiosamente, La Vera, El Jerte y las Hurdes es donde más cabras ha sacrificado la Consejería de Agricultura por estar infectadas (según la propia Consejería) de tuberculosis, aunque tras los análisis pos-morten se comprobaba que estaban sanas (falsos positivos). Si en estas comarcas desaparecen las ganaderías, con ellas desparecen los pastores, los agricultores y se abandonan los montes, por lo que los incendios son más agresivos.

En los últimos años han sido numerosa las ganaderías de vacuno y caprino que se han sacrificado enteras en el llamado vacío sanitario, y este hueco dejado por ganaderos y animales ha sido cubierto por la maleza, el pasto y los árboles secos,

La Comarca de Navalmoral de la Mata es a criterio de la Consejería, es la comarca con más incidencia de tuberculosis con casi el 20% de positividad, y es la comarca que más animales se sacrifican, donde más vacíos sanitarios se realizan, y donde son más extensos los incendios  en las últimas fechas.

¿Es casualidad esta relación entre animales sacrificados e intensidad de los incendios?

La Unión Extremadura venía denunciando que con esta política de inventarse una enfermedad, de matar animales sanos, de arruinar a ganaderos de caprino y vacuno, se estaba produciendo un vacío en nuestros montes. Este incendio de la Vera y del Jerte ya ha arrasado más de 4.000 hectáreas, pero si no se cuida por parte de la Administración Regional más a sus ganaderos, estas desgracias la vamos a ver repetidas todos los años.

Delincuentes con mechero siempre va a haber, va a ser muy difícil que desaparezcan así como los accidentes que provocan los incendios, pero lo que sí podemos hacer es cuidar el monte como se venía haciendo desde hace multitud de años.

Instamos a la Consejera de Agricultura a que en vez de lamentar estos desastres, cambie radicalmente de política, abandone las matanzas de cabras y de vacas y establezcas líneas para la mejora y el aprovechamiento de nuestros montes.

 

 

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